En estos tiempos en los que el aislamiento social obligatorio nos mantiene en casa suelen aflorar un sinfín de emociones que no sabemos cómo manejar. Si bien sabemos que la convivencia no es lo más fácil, en confinamiento podemos descubrir que lo más difícil es aprender a vivir con uno mismo. El silencio, el aburrimiento, el exceso de exposición a la información, a las redes, el sedentarismo... o bien el bullicio de todos reunidos en casa, hace que se agoten las ideas y con el paso de los días nos volvemos más susceptibles, al punto de cambiar nuestro humor, comenzar a sufrir de ese encierro que nos confina. Hay una cita de la saga de Harry Potter que me encanta: "La felicidad se puede encontrar hasta en los más oscuros momentos, si somos capaces de usar bien la luz". En estos días tan complicados para todos, más de uno estará experimentando lo difícil que resulta gestionar de una manera adecuada las emociones ante tantos cambios trascendentales. Sin embargo,