La Arteterapia es un tipo de terapia artística que consiste en la utilización del arte como vía terapéutica para sanar trastornos psicológicos, tratar miedos, bloqueos personales, traumas del pasado y otros trastornos. De todos modos debemos aclarar que no es necesario poseer ningún trastorno psicológico, sino simplemente sentir la necesidad de explorarnos a través del arte, y no es necesario tener conocimientos previos de arte para ingresar a un taller.
Para qué sirve la Arteterapia:
Si bien inicialmente comenzó a usarse la Arteterapia con fines meramente terapéuticos, actualmente ha ampliado su ámbito de actuación, sirviendo igualmente para procesos de cambio, como vía de autoconocimiento y para desarrollar ciertas habilidades como la creatividad, percepción, intuición, etc.
Muchos terapeutas utilizan la terapia artística para abarcar áreas en las que una terapia verbal no alcanza. Cada vez se emplea más en problemas de integración, también en el tratamiento de enfermedades como el estrés, la ansiedad, la fibromialgia o los trastornos alimenticios.
Cómo se lleva a cabo la Arteterapia:
A través de diferentes manifestaciones artísticas: pintura, teatro, modelado, collage, danza, escritura, música, etc., expresamos lo que guardamos en nuestro interior. Nuestros conflictos, miedos, angustias, necesidades, frustraciones, anhelos, sueños… afloran cuando nos dejamos llevar por la obra que estemos representando.
El terapeuta ofrece una serie de instrucciones o consignas y ejercicios a realizar, pero es la persona la que sabe lo que su trabajo significa, independientemente de que luego se compartan los resultados con el terapeuta o con el grupo. Es mediante la actividad creativa como la persona llega a la realización consciente del ejercicio, en el cual se manifiesta la parte más inconsciente.
Además, no se requiere de unas brillantes dotes artísticas, ni que el resultado de la obra tenga un gran valor artístico. Sin ser necesarias grandes habilidades ni conocimientos plásticos, la obra es siempre valiosa porque nace de la autenticidad del creador. Para lo cual se hace fundamental que el trabajo se haga con la suficiente espontaneidad, responsabilidad, conciencia y sinceridad.
El mayor valor es lo que la persona rescata de su interior, lo que descubre y los cambios que se producen dentro de él. Pero es, observando la creación y reflexionando sobre la misma como el terapeuta y el paciente ven reflejado el mundo interno y establecen dónde se encuentra el desequilibrio. Los elementos artísticos son la base para tomar conciencia y sobre la cual posteriormente se empezaran a efectuar cambios que se trasladaran al día a día.
Adriana E Reschia.
Profesora de Arte.
Técnica Superior en Psicologia Social.
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