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Cómo decodificar la Ansiedad



La ansiedad es la otra cara de la depresión. Ambas son distintas manifestaciones de la misma enfermedad: pensamientos y creencias negativas que nos llevan a proyectar la mente en el futuro (ansiedad) o en el pasado (depresión), lo que obviamente no nos permite vivir y afrontar adecuadamente el momento presente.

La ansiedad es un sentimiento de inquietud profundo que altera la normalidad de nuestras capacidades cognitivas. Se trata de un código de supervivencia porque es una adaptación para que podamos reaccionar ante una situación de emergencia. Sin la ansiedad actuaríamos de manera inconsciente ante peligros que pondrían en riesgo nuestra supervivencia.


Realmente, es una señal de alerta, el aviso de un peligro que acecha. Por tanto, permite a la persona prepararse para enfrentar la situación de amenaza. Esto no tiene nada de extraño; la ansiedad es un estado emocional y constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones estresantes. Desde este punto de vista, un determinado grado de ansiedad es positivo porque nos ayuda a gestionar el día a día de nuestra vida cotidiana ante estímulos reales o potenciales.


Cuando percibimos o imaginamos una situación de peligro potencial, el sistema simpático se dispara y toma el control de nuestro cuerpo para enfrentar ese peligro. Esas reacciones pueden ser de lucha, huída o parálisis. Sin embargo, todo cambia cuando esa ansiedad rebasa la capacidad adaptativa de la persona, convirtiéndose en patológica.



En las sociedades modernas, la ansiedad patológica se ha convertido en una enfermedad muy frecuente con repercusiones muy desagradables para quienes la sufren. Los trastornos de ansiedad más comunes son las fobias, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la agorafobia, el trastorno por estrés postraumático, el trastorno de ansiedad generalizada y el miedo escénico que surge normalmente al tener que hablar en público o por el solo hecho de imaginarlo – anticiparlo.



Hablamos de ansiedad patológica cuando el estímulo adaptativo supera la capacidad de respuesta del organismo, dando lugar a una respuesta intensa y desproporcionada que limita y condiciona el funcionamiento cotidiano. La ansiedad patológica siempre se acompaña de una serie de síntomas físicos y psicológicos.

Físicos:

  • Vegetativos: sudoración, sequedad bucal, mareos e inestabilidad.
  • Neuromusculares: temblores, tensión muscular, cefaleas y parestesias.
  • Cardiovasculares: palpitaciones, taquicardias y dolor precordial.
  • Respiratorios: disnea.
  • Digestivos: náuseas, vómitos, dispepsia, diarrea, estreñimiento, aerofagia y meteorismo.
  • Genitourinarios: micción frecuente y problemas de la esfera sexual.


Psicológicos y conductuales:

  • Aprensión y preocupación.
  • Sensación de agobio.
  • Miedo a perder el control y a volverse loco
  • Sensación de muerte inminente.
  • Dificultad de concentración y sensación de pérdida de memoria.
  • Inquietud, irritabilidad y desasosiego.
  • Inhibición o bloqueo psicomotor.
  • Obsesiones o compulsiones.

En el fondo, la ansiedad manifiesta una falta de confianza hacia la vida que deviene en temor sin un motivo real que sume a la persona en la angustiosa espera de un peligro impreciso e improbable. Esta espera dolorosa bloquea a la persona y la impide vivir, sentir y disfrutar el momento presente, obsesionándose con lo que pueda ocurrir. Si tratamos de controlar los miedos y temores que provoca la ansiedad sólo lograremos reforzarlos, alimentarlos; provocando, a su vez, miedos y temores más profundos.


La Descodificación Biológica de la ansiedad nos lleva necesariamente a profundizar en las situaciones y circunstancias de las que surge. Habitualmente, los conflictos emocionales inconscientes que dan lugar a la ansiedad tienen un origen transgeneracional o en la etapa del Proyecto Sentido. Receptores de programas inconscientes legados por nuestros antepasados o por nuestros padres, nacemos predispuestos o diseñados para repetir lo que ellos sufrieron, sus miedos, sus temores.





La exposición, incluso décadas después, a circunstancias emocionales similares a las que ellos afrontaron hará que probablemente somaticemos dichos conflictos. Por eso, es determinante tomar conciencia del origen real del programa inconsciente que desata la ansiedad, pues ésta es en realidad el aviso de que albergamos en nuestro inconsciente un conflicto emocional activo y latente. La ansiedad manifiesta la existencia de una emoción profunda -normalmente heredada- que debemos localizar para llevarla a la conciencia -hacerla consciente- y aprender a manejarla. 


Averiguar y comprender las circunstancias en las que se programó el conflicto y las que lo activan en nosotros resulta esencial para neutralizar la ansiedad y evitar que se convierta en algo más grave descubriendo  el «para qué», tomar conciencia y desaprender; es decir, cambiar las creencias asociadas a esos miedos y temores para liberarnos y desactivar el conflicto tanto en nosotros mismos como en nuestros descendientes.

Jesús Casla es autor de los libros:
Descodificación Bio-Transgeneracional. Secretos y claves del árbol genealógico 
El Ciclo Menstrual y sus Síntomas. Descodificación Biológica y Emocional



Conocer los métodos y efectos de un tratamiento de Decodificación Bioemocional nos ayuda a comprender, a aceptar y encontrar una mejor calidad de vida.




Nos encontramos en el próximo artículo.




Graciela Raimubdo
Facilitadora en Terapias Alternativas.
Contacto al 2478518650..


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