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Activando semillas y frutos secos (parte 2)



En el artículo anterior te contamos la importancia de activar las semillas para consumirlas.
Recordemos que ellas generan vida y transmiten energía a quien las toma. Al remojar las semillas, activamos sus enzimas y mejoramos su digestibilidad y su calidad nutritiva.

Leer (parte 1) aquí: https://mujeresenlaredarrecifes.blogspot.com/2020/07/por-que-es-mejor-activar-las-semillas-y.html

4 Alimentos que deberías activar y por qué

1. Facilita la cocción y digestión de legumbres

Las legumbres siempre se han puesto en remojo para hidratarlas, facilitar la cocción y hacerlas más digeribles. Permite a su vez aprovechar mejor sus nutrientes.


Con el remojo las legumbres doblan su tamaño, por lo que es preciso poner cuatro partes de agua por una de legumbres. El efecto es más eficaz si se utiliza agua templada, a unos 40-45 °C.


Salvo la lenteja, son semillas grandes con piel recia y necesitan un remojo mínimo de 8 horas. Se suele aconsejar hacerlo por la noche, pero puedes dejarlas por la mañana a primera hora y cocerlas por la tarde. O bañarlas 24 horas, cambiando el agua cada 8-12 horas, lo que favorece un inicio de fermentación.

No utilices agua dura ni, como se suele recomendar, bicarbonato, que inhibe sus proteínas y vitaminas. Utiliza mejor un activador ácido como zumo de limón o vinagre de manzana, más eficaz para descomponer el ácido fítico. Una cucharada por taza de agua.

El alga kombu contiene ácido glutámico natural, que potencia el sabor de las semillas y reblandece su fibra. Añadida al agua de remojo favorece la cocción y evita la flatulencia. Con 5 cm de alga basta para obtener una dosis de yodo apropiada, sin excederse. Luego retira el alga.

Para potenciar la activación de las legumbres, las puedes germinar un día levemente, hasta que nazca el brote, y cocer a continuación. O bien germinar 4 o 5 días y tomarlas crudas y crujientes en ensalada.


2. Frutos secos más nutritivos

Los frutos secos aportan proteínas, minerales y ácidos grasos de la máxima calidad.

Almendras y nueces tienen una cantidad considerable de fitatos, inhibidores enzimáticos y taninos; su activación es casi imprescindible. Piñones, macadamias y pistachos no necesitan activarse ni remojarse. Avellanas y nueces del Brasil no tienen muchos antinutrientes, pero es preferible hidratarlas para facilitar su digestión.


Para activar los frutos secos hemos de partir de granos crudos y enteros, vivos, no tostados, ni fritos. Estos procesos no son recomendables porque oxidan sus ácidos grasos.

Se remojan de 4 a 6 horas en agua tibia (40-45 °C) junto con una cucharada de sal marina por cada litro de agua, para que haga de catalizador y ayude a romper los enlaces de los inhibidores enzimáticos. Después se cuelan y aclaran, y se comen enseguida o se guardan en la nevera hasta tres días.

3. Mejora tus pipas y semillas

Pipas y semillas aportan una abundante porción de minerales y ácidos grasos esenciales. Las de girasol son muy ricas en vitamina E y las de calabaza en zinc, pero tienen una cantidad considerable de antinutrientes y necesitan activarse.

El método más adecuado es el remojo en agua con sal durante 2-4 horas, de modo similar al de los frutos secos más grandes. También se pueden germinar y se incrementa así su activación y el aprovechamiento de sus nutrientes.


En cambio, el sésamo, muy rico en calcio, es preferible activarlo tostándolo levemente sin parar de remover durante 5 minutos, para que no se deterioren sus ácidos grasos. No conviene dejarlo quieto en el horno, o que se dore, solo un pequeño toque en wok o sartén.

Chía y lino son un caso aparte. Apreciadas por sus ácidos grasos omega-3, se usan también trituradas, pero sin tostar. De este modo también se asimilan mejor sus nutrientes.

Al remojarlas en agua o leche vegetal, se activan pero generan una gelatina mucilaginosa que impide después aclararlas, de modo que se consumen junto con el líquido que han espesado. Esta gelatina es una gran ayuda frente al estreñimiento.

Las semillas de hortalizas son adecuadas para comerlas germinadas, que es otro modo de activarlas. Entre ellas destacan la alfalfa, el brécol, la mostaza, los rabanitos y la cebolla. Aportan a la dieta vitaminas, minerales y elementos antioxidantes.



Como verás hay mucho más por compartir . . . seguimos en el próximo artículo?





Paola Senópoli
Lic. en Nutrición
Contacto: 02478-477616

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