Cuando estamos pasando por un periodo de vulnerabilidad en nuestra autoestima nos comparamos con otras personas. Esta actitud produce dolor para quien se siente menos importante que los demás en cualquier aspecto o situación de la vida.
Algunos síntomas que padecemos:
Estos son algunos de los síntomas más comunes que nos invaden cuando nos sentimos menos que otras personas. . . y aceptemos que en algún momento de la vida a todos nos pasa.
- Pesimismo y negatividad. Tener pensamientos como: “No lo voy a lograr”, incluso antes de haberte dado la oportunidad de observar la evolución de los hechos, te ponés en el peor lugar, mientras atribuís cualidades de perfección en otros con quienes te comparas.
- Exageración de las dificultades. Tu atención se centra más en aquellos posibles obstáculos que en tu potencial interno.
- Envidia. Esta es una manifestación posible en el estado de ánimo de aquel que en esta tendencia hacia la comparación percibe los logros ajenos como el recuerdo de las propias carencias personales.
- Eterna búsqueda por agradar a los demás. Situarse en un rol de superioridad, buscando la afirmación interna a través de la aprobación externa.
¿Cómo dejar de sentirme así?
- Encontrá tu fortaleza. ¿Qué es aquello que te gusta hacer? ¿En qué actividad destacas? Dedicándote a lo que te gusta vas a observar más resultados positivos, también te das cuenta de tu propia capacidad.
- Viví tu presente sin establecer constantes comparaciones con el pasado. Tomar esta etapa de tu vida, estableciendo nuevas relaciones personales, procurando elegir a aquellas personas con las que te sientas bien.
- Intentá ser buena confidente y mejor oyente. Disfruta de los planes de los demás. Atender la realidad del otro sin compararla con la tuya. Te vas a enseñar que más allá de las apariencias, todo ser humano tiene miedos, inseguridades, heridas, esperanzas, fortalezas y luchas. Es decir, es muy posible que en lugar de sentirte inferior a los demás, empieces a experimentar empatía al observar todo lo que te une a esas personas.
- Identifica qué relaciones te dañan y toma decisiones al respecto. Establece límites y defendé tus propios derechos; “nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”.
Desde tu interior tenés mucho que aportar a los demás, por tanto, proyectá tu libertad y disfrutá de ese placer de mostrarte tal y como sos cultivando tu amor propio y compartiéndolo con los demás.
Nos encontramos en el próximo artículo😉
Mónica Dell"Oro
Promotor de Cambio
Psicología social
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